MUNDO FABRIL por


Fabrica, concreto...operarios y maquinas y hombres y mujeres con un ritmo tan estructurado de trabajo que ellos mismos son las maquinas. Me recordó a lo que a veces siento cuando voy a trabajar, ese ritmo agobiante, donde uno deja de ser uno para pasar a ser un engranaje en esta gran maquina.

Tiempo de descanso, y nuevamente el ritmo aparece. Es una obra donde se ven coreografías donde cada actor interpreta a una parte de la maquina y se sostiene esa imagen en el tiempo quizás para transmitir al espectador esa sensacion de pesadez, de monotonía. Muy bien logrado.

La puesta es funcional, móvil y dura. En un momento un operario se desmaya y de repente, los demás, lo tratan de arreglar como si fuese una maquina, entonces el operario deja de ser hombre, deja de ser humano para ser solo una maquina, que ya no sirve y hay que tirar y reemplazar. Maquina, hombre y en ese ritmo son uno solo. Solo al final, se descansa, cuando termina el horario.

Aplaudí con muchas ganas....el momento mas pleno es cuando uno sale de trabajar...me sentí libre, como esos operarios.

Y era lunes! esa es la mejor parte...totalmente inesperado para un lunes.

Muy Bueno