CON MUNDO FABRIL, ROMAN PODOLSKY PROSIGUE SU BUSQUEDA TEATRAL

El director y dramaturgo Román Podolsky estrenó Mundo fabril, un ejercicio teatral interpretado por trece actores-autores, que con momentos disímiles puede verse en el Teatro del Abasto.

Todo ocurre en el interior de una fábrica no especificada, donde obreras y obreros reflexionan sobre sus vidas personales, mezcladas con el tema laboral y sus dificultades, enunciadas mayormente en un supuesto diálogo con la platea.

La pieza es un ejemplo tácito de los nuevos caminos del teatro local, con relatos que tienden a la fragmentación y rompen el concepto clásico de aquello de lo que se espera tenga un fin coherente.

Podolsky, con valiosos antecedentes como Harina, Aureliano y Las primas o la voz de Yuna, distintas en sus formas dramáticas, tiene la virtud de poder armar un todo con esas historias dispersas.

Ese tono individual y a veces competitivo de los relatos de los actores-dramaturgos puede vincularse a que los trece crecieron en épocas del discurso único y el neoliberalismo, años que no permitían enfocar lo colectivo de las generaciones precedentes.

En ese sentido lo que el espectáculo parece lamentar es la dificultad de comunicarse, la alienación de esos seres condenados a desarrollar una tarea diaria que les otorga el único beneficio de la supervivencia y muy menguados disfrutes.

La pieza deliberadamente no muestra a esos obreros trabajando y lo más parecido a una tarea compartida son esos pasajes coreografiados por Mayra Bonard ex El Descueve-, en un juego que no deja de ser atractivo.

Lo son también los cambios escenográficos con paneles de Alejandra Polito realizados por los propios oficiantes y un elenco parejo dentro de la corrección, en el que las simpatías personales cumplen su papel.

Mundo fabril se muestra en el Teatro del Abasto, Humahuaca 3549, los lunes a las 21.

HÉCTOR PUYÓ